Ese jueves 24 de agosto de 1978, la ciudad de Valera era una sola fiesta, no solo estaba celebrando su Décima Tercera Feria Agro Industrial, también un nuevo medio de comunicación social nacía para beneplácito no solo de “las 7 colinas” sino para todos los Andes venezolanos. Así lo recuerdo y lo reafirmó luego de repasar el primer ejemplar del diario de Los Andes, que releí en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Venezuela.
El presidente Carlos Andrés Pérez, apasionado impulsor del periodismo de provincia, desde sus tiempos de mozo, cuando vendía los avisos del semanario “Frontera” de Leonardo Ruíz Pineda, y luego como reportero en Managua, Nicaragua, ese día vestido de flux blanco y corbata roja, estaba acompañado del gobernador Pedro José Olmos y el Obispo de la Diócesis, monseñor José León Rojas Chaparro, -entre otras personalidades asistentes al acto inaugural-, lleno de regocijo pulsaba el botón rojo de la rotativa Goss Community, -que había llegado desde Maracaibo, traída desde USA en un avión de VIASA, y que Reinaldo Parilli Aruca la había traslado e instalado en la Zona Industrial de Valera-, para dar comienzo a la impresión de la primera edición, de esta historia que ya lleva 42 años.
Ese día comenzaba a hacerse realidad el sueño del joven economista y emprendedor Eladio Muchacho, gracias a una línea de crédito otorgada a la empresa editora por el Eximbank, un banco de exportación de Estados Unidos y que el grupo Muchacho Hermanos, con una historia casi centenaria en el desarrollo económico del estado Trujillo, le servía de aval. No hubo participación crediticia del gobierno, sino el empeño de sacar adelante una nueva empresa editorial. A esta etapa inicial contribuyeron Aníbal Miranda, Ivonne Rosales, el ingeniero Pedro Rojas y Reinaldo Parilli Aruca, entre otros.
Recuerdo la publicidad de la Asociación de Concesionarios Chrysler de Venezuela, en ese primer número: “el nacimiento de un diario es una nueva oportunidad de practicar la libertad” y ha sido el Diario de Los Andes, en este transitar de 42 años, fiel a sus valores, de honestidad, independencia, pluralidad, confiabilidad, innovación, responsabilidad y sentido de historia, que nos ha enseñado a los valeranos, trujillanos, andinos y venezolanos, a mantener ese norte como medio de comunicación, al servicio de la colectividad. Y que justamente en estos tiempos de confinamiento social originado por el Covid-19, ha sido la tribuna informativa de los andes venezolanos (Mérida, Táchira y Trujillo) gracias a las redes sociales y el internet.
Y en ese sentido de la historia, el recordado cronista de Valera, el presbítero Juan de Dios Andrade, con su pluma fina dejaba para siempre en su crónica aguerrida la sentencia imperecedera de “un diario organizado con todos los requisitos del éxito” y nos traía a colación al poeta Humberto Tejera, “a la barbarie de infernal pujanza/ has de oponer en su muralla ardiente/ la religión de Ariel y la esperanza”.
Así ha sido el trabajo del Diario de Los Andes en estos 42 años como lo señalaba otro timonel del periodismo trujillano, Guillermo Montilla, su primer Jefe de Redacción, ese día 24 de agosto de 1978, “hoy es el despegue hacia el infinito” y en su propia letra tomaba prestado la sabia enseñanza del siempre maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, “para vivir las cosas primero hay que soñarlas”.
Y ese sueño ha tenido en el economista Eladio Muchacho Unda, su más fiel aliado desde sus tiempos en las aulas universitarias en la Universidad de Los Andes, en Mérida, donde comenzó a germinar la idea, que luego junto a Aníbal Miranda, el primer director del diario, Raúl Díaz Castañeda, Luis González, Fernando Rosario, Consuelo Muchacho, Hilarión Muchacho Unda, José de Jesús Muchacho Bertoni, Rafael Gavidia, Ivonne Mendoza, Ceferino Bastidas, Reinaldo Parilli Aruca, Pedro Rojas, Gilberto Cañizales, Rafael Ángel Lujano, Julio Urdaneta, hijo, Antonio Pérez Carmona, Francisco Graterol Vargas, Ramón Rivas Jerez, Gilberto Ascanio Jiménez, Nelson Mario Maya, Mireya Rondón, y tantos otros, que se me escapan a la memoria, hicieron posible el enunciado publicado en el primer número en la columna editorial “En Presente”, “un periódico se hace para servir al público. Hay tantas maneras de servir como entrar a una casa” y esos han sido estos 42 años de un diario sembrado en la opinión pública trujillana.
Ese día 24 de agosto, fue “Olor a Primavera” como recordara ese bardo amigo que nos brindó su amistad y nos enseñó los caminos de Neruda, Baudaleire, Rimbaud, Cortázar y nos insistió que asumiéramos el camino del periodismo, como una fuente de vida y esperanza, el escuqueño Antonio Pérez Carmona, cuando en su primer artículo en el diario, en la página 4 relataba que “los periódicos son olorosos a primavera porque llegan frescos, radiantes a los ojos y a las manos del hombre. Traen júbilo y tristeza, aromas de los días que pasan, saludos del alba y registros catastrales del planeta tierra”.
Ya el doctor Raúl Díaz Castañeda, RUL en sus trazos de caricatura premonitoria, nos mostraba que “se hace camino al andar”. Y ese andar, es la presencia hoy día en los tres estados andinos, Trujillo, Mérida y Táchira. Por eso me complace unirme a los parabienes en este cuadragésimo segundo aniversario del diario “Los Andes”, que con amor por la libertad y la democracia, que son la esencia del periodismo libre, ha contribuido al avance y al desarrollo de nuestros pueblos andinos. Hoy el diario “Los Andes” es la tribuna plural de todas las formas de pensamiento que contribuyen al desarrollo del estado Trujillo.
Jesús Matheus Linares