El auditorio está lleno de quienes serán los próximos directores de las empresas más grandes del mundo; los que manejan fondos de inversión de miles de millones de dólares; los que tienen acceso a información y pueden influir en las altas esferas del poder.
Son cerca de 300 futuros líderes que escuchan con atención a la economista británica Rebecca Henderson , quien les viene a plantear que el sistema capitalista, tal como está, no funciona.
Sus ideas son controvertidas. Los más conservadores la tildan de «socialista» y los de izquierda, la critican por defender a las grandes empresas.
En BBC Mundo conversamos con Henderson -quien además de su labor académica, ha trabajado por más de 20 años en el mundo corporativo- sobre los beneficios y las amenazas del sistema capitalista, la reacción de la compañías multinacionales y los pasos que ella propone para crear un«capitalismo sustentable».
¿Por qué hay reinventar el capitalismo?
El capitalismo es fantástico. El capitalismo de libre mercado ha sido una de las mayores fuentes de prosperidad humana y libertad de oportunidades.
Históricamente hay menos gente viviendo en pobreza extrema que hace cien años, pese a que la población del mundo se ha triplicado.
Sin embargo, si puedes tirar dióxido de carbono por la ventana y no pagar el costo, no tienes un mercado realmente competitivo, con precios que reflejen el verdadero valor de lo que se vende y se compra.
Y cuando hay grandes sectores de la población que no tienen las mismas oportunidades para participar en el sistema, eso tampoco es justo.
Usted propone un «capitalismo sustentable» donde las empresas generan rentabilidad y, al mismo tiempo, actúan para disminuir la contaminación y la desigualdad social. ¿Qué grandes corporaciones están poniendo en práctica esta idea?
He trabajado con Walmart y Unilever. Walmart es una empresa controvertida. Es una de las empresas más exitosas del siglo XX, que causó muchos efectos negativos: pagaban bajos salarios y generaban daño al medioambiente.
Eso es lo que las empresas capitalistas hicieron en el siglo XX. Y creo que Walmart es ahora un ejemplo de cómo van a ser las empresas del siglo XXI.
Lo mismo con Unilever, que comenzó a trabajar con aceite de palma de una manera sostenible e invitó a otras firmas a hacer lo mismo, como Nestlé y Pepsi.
Nike, tomó la decisión de que el trabajo infantil quedara fuera de la cadena de producción, por ejemplo. Y otras compañías como Gap, Levi’s o Google, también han avanzado hacia el capitalismo sustentable.
¿Pero no se trata de una estrategia de marketing para seguir haciendo lo mismo de siempre? ¿No es un engaño para limpiar su imagen?
He sido muy cuidadosa con los nombres de las firmas, porque esas empresas han generado resultados objetivos que demuestran su compromiso.
Pero sí, hay un montón de greenwashing (lavado de imagen), aunque también hay empresas comprometidas con un propósito.
Y estas empresas han descubierto que no pueden trabajar solas en esto, que tienen que ponerse de acuerdo y trabajar con gobiernos locales para avanzar hacia el capitalismo sustentable.
Por ejemplo, en la industria textil, he estado en reuniones donde las empresas comentan que trasladaron sus operaciones a otros países para mover a toda la industria en esa dirección.
¿Y cómo las grandes firmas van a convencer a sus accionistas de que sacrifiquen ganancias inmediatas? No me imagino a los accionistas en Wall Street, o a los grandes fondos de capital de riesgo preocupados por estas cosas …
No estoy diciendo que esto va a pasar pronto o que es fácil. Pero creo que nos estamos moviendo en esa dirección.
Yo he trabajado con fondos de inversión, como BlackRock o los fondos de pensiones del gobierno japonés.
El que está encargado de manejar este fondo, Hiro Mizumo, dice que hay que enfrentar los problemas de cambio climático y de inclusión social porque van a afectar los negocios.
Y Larry Fink, director ejecutivo de BlackRock , sostiene lo mismo en Estados Unidos, porque ve que hay un riesgo en su portafolio.
Inversionistas como Larry, que manejan miles de millones de dólares, han advertido que hay que enfrentar los grandes problemas.
Y están trabajando juntos. Lo que pasa es que el 80% de los activos financieros del mundo, están controlados por un puñado de personas. Menos de 50 personas.
Si ellos están reconociendo que tienen un problema, y se mueven en la dirección correcta, eso es una gran cambio.
¿Cómo se transforma el capitalismo desde el mundo corporativo ?
Se parte con una empresa. Luego se llega a nivel de la industria; la gente se da cuenta que las finanzas y la política deben cambiar.
Se estima que unas 1.000 empresas controlan el 73% del Producto Interno Bruto (PIB) del mundo.
Si una fracción significativa de esas firmas se pone de acuerdo y decide que hay que hacer las cosas de otra manera, realmente pueden hacerlo. Porque ven los peligros de no hacer nada.
Por eso insisto en que es muy importante no excluir a las empresas , dado que pueden jugar un rol fundamental.
No hay que dejar que las empresas digan, «mi trabajo es maximizar el valor a corto plazo para los accionistas». No. Las empresas tienen un deber con la estabilidad del sistema para legitimar y apoyar el capitalismo.
Y el otro tema es detener a las firmas que tienen malas prácticas.
Por ejemplo, las que financian a los que niegan el cambio climático, o las que que trabajan activamente para frenar leyes justas para reducir la desigualdad.
Hemos hablado de las empresas. ¿ Y qué rol juega el sistema político en todo esto?
Hay que reinventar el sistema político para que sea libre y justo. Es un esfuerzo entre las empresas, los gobiernos y la sociedad civil, para que el sistema funcione bien para todos.
La desigualdad ha creado inestabilidad política y eso no beneficia a nadie. Por eso las empresas tienen una gran responsabilidad.
¿Cuáles son entonces los pasos concretos para reinventar el sistema ?
Paso 1: Invierte en valor compartido (el valor que aumenta la productividad de tu empresa, mejorando las condiciones sociales y ambientales).
Eso va a energizar tu fuerza de trabajo. Además, cuando orientas la empresa hacia un propósito, mejora la creatividad y la innovación y eso genera mucho dinero.
Paso 2: Explora cómo cooperar dentro de tu región o en tu industria. Si cada compañía en tu sector se mueve hacia crear valor, nadie estará en desventaja.
Paso 3: Cambia las finanzas. Necesitamos métricas que registren las consecuencias ambientales y sociales de las operaciones de la empresa.
Paso 4: Reimagina la política. Necesitamos un sistema que apoye el libre mercado, pero que lo haga de una manera en que sea justo y sostenible.