-Jesús Matheus Linares-
Desde la majestuosa Basílica Menor Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto, en Guanare, se dio a inicio a la conmemoración de los 371 años desde la aparición de la Virgen de Coromoto y los 71 años de su coronación canónica como patrona de Venezuela. En una ceremonia que contó con la presencia de Monseñor Owaldo Araque, obispo de Guanare, así como miembros del clero y autoridades civiles de la región.
Coromoto convertido a la fe católica
Una vez fundada en 1591 la ciudad de Guanare, capital del Estado Portuguesa, los colonizadores españoles tenían la intención de evangelizar a los Cospes, los indígenas que habitaban en los alrededores de la zona, pero éstos no estaban dispuestos a vivir bajo los preceptos de la iglesia católica.
Cuenta la tradición que al llegar los españoles a la región de Guanare , en el estado Portuguesa, por ese año de 1591, un grupo de indios de la tribu de los Cospes abandonaron su tierra y huyeron hacia el río Tucupido para no tener contacto con los “blancos” y su religión.
Así permanecieron las cosas por muchos años hasta que alrededor de 1651 el cacique Coromoto, junto con su esposa, y su cuñada Isabel, contemplaron asombrados en la quebrada del río y sobre las corrientes de las aguas a una hermosísima Señora que los miraba con expresión amable en el rostro.
Prosigue la crónica que la misteriosa mujer, que llevaba también un niño sonriente en brazos, le dijo al cacique: “sal del bosque junto con los tuyos y ve donde los blancos para que reciban el agua sobre la cabeza y puedan entrar en el cielo”.
El cacique, impactado por lo que ha visto y oído, obedeció y marchó con su tribu para ser instruido en la fe cristiana. Sin embargo, el indio no se acostumbró al nuevo régimen de vida alejado de los bosques y retornó a su aldea con su familia.
Otro día, el 8 de septiembre de 1652, la Señora hizo otra memorable aparición, pero esta vez en una humilde vivienda paja, la choza del indígena. No obstante, ni con su aura y rayos luminosos logró convencer al enojado cacique. Este a su vez trató de echarla y llegó a tomar sus armas con la intención de amenazar a la amable Señora.
La radiante mujer, siempre sonriente, avanzó suavemente hacia el cacique y cuando él extendió su mano con ira para atraparla, ella desapareció, quedándose en el puño cerrado del indio Coromoto una pequeña estampa en la que está grabada la imagen de la Señora.
Después de ocurrida la aparición, el cacique partió al bosque, donde algunos dicen que le mordió una serpiente venenosa. Luego volvió a Guanare y finalmente pidió ser bautizado, y lograr la catequización de su tribu.
La reliquia de la Virgen de Coromoto
El testimonio más impactante que existe de esta aparición, es la reliquia de la Virgen de Coromoto, que mide 27 milímetros de alto por 22 de ancho y es de un material tipo pergamino o “papel de seda”.
La Madre de Dios aparece pintada de medio cuerpo y está sentada sosteniendo al Niño Jesús en su regazo. La Madre y el Hijo miran de frente con sus cabezas coronadas. Dos columnas unidas entre sí por un arco forman el respaldo del trono que los sostiene. Su apariencia es como la de haber sido dibujada muy finamente como un retrato en tinta china a base de rayas y puntos.
La Virgen cubre sus hombros con un manto y un velo cae simétricamente sobre sus cabellos, cubriéndolos devotamente.
El 7 de octubre de 1944 el Papa Pío XII la declaró “Patrona de la República de Venezuela” y su coronación canónica se realizó el 11 de septiembre de 1952 por los tres siglos de la aparición.
De allí que la feligresía católica venezolana celebra a Nuestra Señora de Coromoto el 2 de febrero (Fiesta de la Presentación del Señor), el 8 (Natividad de la Virgen María) y 11 de septiembre. El Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto fue declarado basílica por Papa Pío XII el 24 de mayo de 1949.
A pocos metros del lugar en el que apareció la Virgen se erigió el Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto, el cual fue consagrado el 7 de enero de 1996, e inaugurado con la solemne Eucaristía presidida por su Santidad el Papa Juan Pablo II el 10 de febrero de 1996. El pergamino puede ser admirado en la parte trasera del altar. Que la Virgen Santísima de Nuestra Señora de Coromoto bendiga a Venezuela, a cada uno de los venezolanos, que renueve nuestra fe, nos una como hermanos que somos y nos haga crecer como un país próspero y siempre en evolución.
¡Salve, Reina, Patrona de Venezuela
!