El pueblo de Carvajal es un ramal del Altiplano Andino, ubicado al pie de la cordillera del Alto de La Cruz, que se agranda de norte a sur, en la larga y espaciosa planicie, fue lugar de uso como travesía para la comunicación e intercambio comercial entre distintas familias de origen Timotocuica con los aborígenes de la cuenca del lago de Maracaibo y territorios colindantes.
Carvajal, tierra antiguamente poblada por familias indígenas integrantes de la gran nación Cuica, quienes en su lengua nativa distinguieron a esta sabana con el nombre de Estovacuy, en alegoría a la desproporcionada abundancia de la planta de cocuiza, que crecía de forma natural y silvestre en este mágico lugar. Carvajal intersección de uso diario por nuestros primeros pobladores nativos, y luego durante la época de la colonia por gentes provenientes del viejo continente europeo, quienes, igual que los naturales introducen en esta sabana sus costumbres y tradiciones, así como sus creencias religiosas, para consentir la consolidación de un desarrollo poblacional, hoy en pleno proceso de avance del siglo XXI todavía continúa siendo un cruce de caminos de obligante usanza.
Toda esta llanura era un exótico paraje poseedor de un fascinante paisaje donde la calma solo era interrumpida por el trinar de arrendajos, azulejos, cardenales, cucaracheros, chocolateros, chopas, chirulíes, gonzalicos, paraulatas, turpiales… Así mismo, en bandadas guacharacas, pavos de monte, rabo blanco, tórtolas… surcaban la extensa sabana, sobre la que pie en tierra fecunda señoreaban creciendo hacia el cielo los centenarios árboles de apamates, bucares, ceibas, cedros, cios, guamos, pan de año, pardillos y pomarrosas… entre aquel conglomerado arbóreo, la neblina emergía lentamente bajo el rocío mañanero, apoderándose del paraje, y cual invisible éter cósmico se desvanecía al asomo del primer rayo del astro rey haciendo reverdecer las frondosas matas de cocuiza…
Configuración Histórica
Según el Historiador Amílcar Fonseca en esta agraciada explanada apostada al pie de la serranía del Alto de La Cruz en la que yacía un rancherío ocupado por nuestros ancestros:
“…Fue donde el capitán español Baltazar de Carvajal acompañado de su tropa formada por soldados hispanos y nativos adoctrinados al ser cautivado por el encanto de esta solemnidad natural suspende su andar de conquista iniciado en El Tocuyo e invocando el nombre del Rey de España, el 20 de octubre de 1670, proclama la fundación de Estovacuy, también identificada como Sabana de las Cocuizas”.
Con respecto al nombre de Estovacuy, nuestro etnólogo Don Rafael María Urrecheaga señala: “…En lengua cuica (viejo lenguaje indígena chontal), Estovacuy significa Sabana de las Cocuizas”.
Destacando de manera trascendente que pasado un tiempo sus lugareños la comenzaron a distinguir esta tierra consagrada por Dios con los nombres de Sabana de los Truenos, Sabana de las Lagunas, Sabana de los Ruices, Sabana Larga, bañada al pie de sus faldas por dos corrientes fluviales que delimitan su ámbito geográfico, como son por un costado, el río Jiménez que riega sus aguas hacia los municipios Urdaneta, Trujillo, Pampanito y Motatán y por el otro, el río Motatán que recorta su extensión con los municipios Motatán y Valera.
Significando que el espacio comprendido entre estos dos cauces hoy es conocido por todos como Municipio Autónomo San Rafael de Carvajal.
La investidura de su nombre, es una combinación entre lo mágico espiritual y lo histórico humano. San Rafael Arcángel es el guía de los caminantes y era el emblema católico que portaban los primeros ibéricos cuando pisaron este sagrado suelo. Carvajal es el apellido de quien lo asienta como poblado, y en reconocimiento a su acción fundacional, es incorporado en la designación del epónimo “San Rafael de Carvajal”.
Santo Patrono
Sus habitantes tienen el privilegio de gozar de la bendición y protección de San Rafael Arcángel como su Santo Patrono, él, junto a Gabriel y Miguel son los tres célebres arcángeles peregrinos reconocidos por su respectivo nombre dentro de la fe católica.
Su nombre proviene del hebreo. –Rafa– que significa: El Dios ha sanado o sana. –El- enuncia: Medicina de él. De igual forma San Rafael es el Ángel que aporta a los seres humanos la sanadora energía de Dios, también es el patrón de los ciegos, los enfermos, las enfermeras, los médicos y los hospitales; además nos hace recordar que el cuerpo humano es un tesoro valioso para el espíritu, razón valedera para ser cuidado con atención y amor. Así mismo se le puede pedir su mediación para mantener sanos y salvos a los seres amados, para recuperarse de adicciones y todo tipo de padecimientos patológicos.
Desde su establecimiento como caserío, una vez construida la primera iglesia por Alberto Sequera en 1876, la tradición señala que, concluida la misa inaugural, celebrada por el sacerdote Amenodoro Cano, luego de pasear la sagrada imagen por los alrededores del poblado sus habitantes y vecinos colindantes se congregaron en el interior del templo, y junto al presbítero oficiante, todos coincidieron y acordaron en conmemorar religiosamente cada 24 de octubre el día de San Rafael Arcángel.
Rememorando esta festividad hemos de referir que otrora comenzaba con la detonación de fuegos artificiales al asomo del sol, seguida del habitual paseo por las principales calles adornadas con bambalinas multicolores, recorrido liderado por música de viento, alegremente ejecutada por los integrantes de la banda del pueblo, donde los aires del pasodoble, el vals o el bambuco anunciaban el inicio de la fiesta. Tanto los oficios religiosos, como la peregrinación, eran presididos por las autoridades eclesiásticas, la representación del gobierno regional, departamental, y local, comunidades circunvecinas y sociedad civil en general, era costumbre asistir a estos actos en familia, luciendo las mejores galas, pues así lo ameritaba la ocasión, una vez consumada la tradicional misa solemne de las diez de la mañana, de inmediato se iniciaba la procesión, momento en que la cofradía y la feligresía sacaban en hombros del interior del templo la santa figura de San Rafael Arcángel, para descender a pie en recta dirección hasta la piladora de arroz en Campo Alegre, al llegar la efigie del santo a este lugar, era colocada por corto tiempo sobre un improvisado altar cubierto de flores, período en que los vecinos aprovechaban para acercarse a realizar sus peticiones y a pagar las promesas por los favores recibidos, luego a la hora del crepúsculo, ya amainado un tanto el calor reinante, la romería retomaba su recorrido, y subía hasta cuatro esquinas y desde allí retorna de nuevo al santuario; y a punto de ingresar nuevamente el patrono a su morada, en la plaza Bolívar se desarrollaba la quema de pólvora y seguidamente, se encendía la mecha del pirotécnico arbolito multicolor, del que después de extinguirse la pólvora, al final surgía la estampa de San Rafael Arcángel a todo color en una litografía, hermosa imagen, que la eufórica colectividad presente anhelaba obtener para exhibirla en sus casas como reliquia para ser venerada por los fieles servidores del Patrono. A la vez, ese mismo día, desde tempranas horas en la parte trasera de algún hogar cercano al santuario, se congregaban los músicos y cantantes nativos bajo la sombra de los árboles, para ensamblar sus acostumbradas parrandas sonoras y así festejar el día de nuestro Arcángel Protector. Fueron tiempos de magia y encanto, de orden y de valores, de identidad y pertenencia que solo perduran en la memoria, por cuanto no han de volver.
Evolución Jurídica
A los doscientos tres años de su fundación, Carvajal comienza a dejar atrás a la Venezuela rural y caudillista del pretérito, comienza a transitar el camino del progreso,
En enero de 1873, el General Guzmán Blanco, actuando como Presidente de la República proclamo una sucesión de Leyes que en ese entonces fueron un acontecimiento legislativo de notable alcance para la nación. Entre otras legislaciones establece con carácter obligatorio el matrimonio civil, primero que el eclesiástico. Proclama los Códigos de Hacienda, Militar y de Procedimiento Civil. En cada parroquia existente en el país crea un Registro Civil administrado por la jurisdicción civil con facultades para asentar entre otros: nacimientos, casamientos, fallecimientos; antes de estos decretos, la Iglesia Católica era la encargada de cumplir con estas acciones de orden legal.
En la región trujillana comienzan a emplearse las precitadas innovaciones durante el mes de abril de ese mismo año, cuando cada autoridad civil abrió los referidos libros de registro.
Ese mismo año La Asamblea Legislativa del Estado Los Andes, Capítulo Trujillo, procede a modificar la ordenación político territorial del Estado conformado hasta ese momento por seis departamentos, surgiendo de esta reforma un séptimo departamento, distinguido con el nombre de “Guzmán Blanco”, constituido con las parroquias La Quebrada Vieja, Jajó y La Mesa de Esnujaque, que antes de esta aplicación legal formaban parte del Departamento Valera. Esta misma disposición legal eleva la aldea de Carvajal a Parroquia Civil y Eclesiástica con el nombre de San Rafael de Carvajal, adicionada al Departamento Valera.
Siendo la Ley de División Político Territorial del Estado Trujillo de 1956 la que eleva a San Rafael de Carvajal a Municipio Foráneo, adjunto al Distrito Valera.
En el año de 1968 la Asamblea Legislativa del Estado Trujillo declara a Carvajal como zona urbana del Distrito Valera. Cumplidas varias décadas, actuando en el marco de sus atribuciones legales.
El 14 de junio de 1989 la Asamblea Legislativa del Estado Trujillo aprueba “La Reforma de la Ley Político Territorial del Estado Trujillo·, esta aplicación jurídica devino en el canje de las circunscripciones municipales foráneas Carvajal y La Cejita, anexas del Distrito Valera, a parroquias del ahora nuevo Municipio Autónomo San Rafael de Carvajal. Ordenando de esta forma la organización de esta entidad federal a lo previsto en la Ley Orgánica de Régimen Municipal y Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público.
Posteriormente el 20 de diciembre de 1995, la Asamblea Legislativa del Estado Trujillo ejecuta un nuevo proceso de “Reforma Parcial de la Ley de División Político Territorial del Estado Trujillo”, y en su artículo 22 decreta la creación de las Parroquias: Campo Alegre, capital Campo Alegre y José Leonardo Suárez, capital Las Mesetas, elevándose de este modo a cuatro las parroquias adscritas al Municipio San Rafael de Carvajal del estado Trujillo.
Perímetro Geográfico
Su ámbito geográfico ocupa una extensión de 77 km2, área conformada por una franja de terreno extendido en una alargada planicie, bordeada por los ríos Motatán y Jiménez, ubicada en el Centro-Occidente del Estado Trujillo, a una altitud de 657 Metros sobre el nivel del mar, y con una temperatura media de 24º.
Límites
Carvajal posee las siguientes demarcaciones territoriales: Norte-Este: Limita con las parroquias Pampanito II del Municipio Pampanito y Chiquinquirá del Municipio Trujillo, desde el punto de confluencia del Río Motatán, coordenadas N-1.046.000-E-328.450; siguiendo el curso del Río Jiménez aguas arriba hasta el sitio denominado Pie de Loma de los Caballos, coordenadas N-1.027.850-E-329.600. Sur: Limita con las Parroquias Santiago del Municipio Urdaneta y Beatriz del Municipio Valera, desde el último punto descrito se sigue por toda la fila de la Cordillera del Alto de la Cruz hasta el nacimiento de la Quebrada de Aguas Negras, coordenadas N-1.024.65.-E-325.050. Oeste: Limita con las Parroquias Beatriz, Juan Ignacio Montilla, Mercedes Díaz, San Luis de Municipio Valera, Motatán y Jalisco del Municipio Motatán hasta su confluencia con el Río Jiménez, coordenadas N-1.046.000-E-328.450, al punto de partida.
Población
El último Censo Nacional de Población realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el año 2011, indica que su población asciende a la cantidad de 61.544 habitantes, divididos en 30.253 Hombres y 32.081 Mujeres, con una densidad poblacional de 851.58 Habitantes por Km2.