Jose Rojas
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“Al llegar allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído, porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo. “(Hechos 18:27-28)
Previamente, Apolos acababa de completar “la finalización” de la escuela bajo la tutela de Priscila y Aquila. Con el soporte y el estímulo de los hermanos en Éfeso, él siguió su primera misión y ahora llegó a la provincia de Acaya. Resulta interesante la frase, “fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído.” Eso implica que la gran necesidad en Acaya en ese momento, era tener un maestro (probablemente porque habían muchos nuevos creyentes), así que el Señor preparó y envió a Apolos.
Si hacen memoria de cuando se convirtieron en Cristianos, estoy seguro que pueden identificarse con esa hambre y sed increíble que una vez experimentaron sólo por estar en la iglesia con otros Cristianos, leyendo y estudiando la Palabra. No se satisfacían con nada, nada era suficiente. Estoy seguro que los creyentes en Acaya no eran nada diferentes, por lo que el Señor les trajo a Apolos, no sólo para que los alimentara, pero también para que salieran en su defensa en los debates públicos. “Pero, espera un minuto”, Uds. podrían decir. “¿Un debate público sobre principios Cristianos versus Judaísmo? Parece tan intolerante.” … Pero, ¿lo es?
A lo largo de la Biblia vemos caso tras caso del Señor preparando y llevando adelante a voceros: Moisés, Jonah, Elijah, y Juan el Bautista, por nombrar sólo algunos. En el caso de Moisés (cuando confrontó al Faraón) y Elijah (enfrentado contra los 450 profetas de Baal y los 400 profetas de Asherah), el Señor comunicó Su voluntad a través de demostraciones públicas espectaculares de Su poder. Aunque el Señor regularmente hace milagros, es también a través de las palabras (Su Palabra — las Escrituras y la Palabra — Jesús) que Él opta por hablarnos a nosotros y al mundo entero.- La mayor parte de las veces, las palabras del vocero escogido por el Señor están intencionadas o dirigidas directamente en contra y en oposición a las enseñanzas del mundo, en algún foro muy público.
Vemos esto en nuestro pasaje de hoy, cuando Apolos no fue sólo una gran ayuda a través de su enseñanza, pero también cuando él con tanta vehemencia, o vigorosamente, refutó a los Judíos en un debate público, respaldando con las Escrituras que Jesús era el Cristo. ¿Hemos nosotros, como “Cristianos modernos”, caído demasiado en el baboseo, u obsecuencia, acerca de la tolerancia religiosa, que ya no queremos más salir en debates públicos a defender nuestras creencias y refutar otras prácticas religiosas? Puede ser que cuando un adversario o antagonista sale a hablar en contra de algo tan fundamental como las palabras que difundimos, “en Dios Confiamos”, en vez de escuchar silenciosamente una presentación unilateral, se necesite un debate más público para que el punto de vista del Cristiano sea expuesto y escuchado más a fondo. ¿Hay algún Apolos aquí?
Dios elevó a Apolos quien “con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos”. ¿Por qué tenemos tanto miedo de hacer lo mismo? Creo que nosotros (como el cuerpo de los creyentes) pasamos demasiado tiempo predicando entre nosotros mismos, cuando nuestra verdadera misión es alcanzar y salvar al mundo. ¿Qué creen Uds.? ¿Están listos para un debate público? ¿Dónde te ha puesto Dios como su vocero, y cómo puedes empezar ahora?
Fuente: Liga del Testamento




