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305 años de la Parroquia Eclesiástica | UN ESPLÉNDIDO SANTUARIO PARA EL NIÑO ESCUQUEÑO… Y (II) | Por: Juan Carlos Barreto B.

por Redacción Web
23/11/2025
Reading Time: 8 mins read
Templo concluido. Año 1927.

Templo concluido. Año 1927.

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JUAN CARLOS BARRETO BALZA*

*CRONISTA DEL MUNICIPIO ESCUQUE

 

 

Y en un lustro se formaron las grandes columnas,

se levantaron las cúpulas,

 se amasaron las naves espaciosas

 y llenas de luz.

Antonio Pérez Carmona

 

En lo que constituyó la fábrica del nuevo recinto religioso para Escuque, Don José Mazzei, italiano de nacimiento  pero escuqueño de corazón, afanó para ofrendarle al nuevo templo y a su Niño Jesús en pago de una promesa por el bienestar de sus hijos, el mejor juego de campanas, las cuales lanzadas al viento se encargaran con alborozo de hacer el llamado diario a la feligresía escuqueña para la santa misa, con los tres repiques y el “dejar” de costumbre.

El encargado de impartir la bendición a estas campanas  fue el Ilmo. Monseñor Antonio Ramón Silva Arzobispo de Mérida en visita que realizara a Escuque con la finalidad de constatar los trabajos de construcción de la iglesia para el año de 1916.

 En cuanto al interior del templo, los arcos que engalanarían la nave central se distribuyeron entre diferentes familias que sufragarían los gastos de su construcción, el Presbítero Juan  Maximiliano Escalante se encargó de costear el arco toral. El Presbítero Juan Carrasquero Troconis, sacerdote escuqueño, dedicó al Santísimo Sacramento la capilla para su digna estadía, y Don Germán del Gallego hizo traer hasta Escuque para 1908 un magnífico altar esculpido en fino mármol blanco, donde estaría ubicado el sagrario, el cual albergaría desde ese momento  a la Divina Majestad para la permanente adoración de la feligresía.

 

Familia Rivas

 

Los hermanos Rivas, en su permanente trajinar por ayudar y ser personas útiles a la comunidad no escatimaron esfuerzos a la hora de hacer sus aportes al nuevo templo, aparte del altar mayor, costearon también la capilla dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. La misma estuvo finalmente concluida para 1934 durante la estadía en Escuque del Pbro. Dr. Luis Negrón Dubuc. Al igual la capilla dedicada a Nuestra Señora del Carmen.

Así también, fueron los Rivas quienes encargaron a Europa algunas imágenes de gran dimensión finamente talladas en madera, entre éstas las imágenes del calvario, las cuales por su realismo y calidad inspiran al creyente piedad y recogimiento durante los días de la pasión.

El trono donde permanece la imagen del Dulce Nombre de  Jesús en la parte central del altar mayor, delicadamente tallado en madera le fue obsequiado también por ese digno bienhechor Don Germán del Gallego, mandado a tallar en Caracas por unos artistas españoles para el año de 1923.

Es importante recordar que en el antiguo templo colonial, el Obispo Mariano Martí en su visita pastoral realizada el año 1777, solo registra la existencia en el recinto católico de una imagen, la del Niño Jesús, a la cual estaba dedicada la Iglesia; el Presbítero Ovidio Eusebio Olivieri  hace traer a Escuque para el año 1898 una artística escultura tamaño natural de la Inmaculada Concepción de María, la cual mandada a tallar en España, según antigua crónica, a semejanza de la célebre Virgen de Murillo.

 

Imagen Inmaculada Concepción de María. Año 1898

 

Hoy el templo escuqueño ostenta en su interior valiosas obras de imaginería religiosa prestas a recibir la veneración del pueblo cristiano, ubicadas en las diferentes capillas, distribuidas de la siguiente manera: capilla de la Virgen del Carmen; capilla del Corazón de Jesús; capilla del Baptisterio,  donde permanece la Pila Bautismal que formara parte del templo colonial y donde fue bautizado el Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, nuestro santo trujillano, el 30 de enero de 1865; capilla de la Virgen de Coromoto, antiguamente llamada capilla de Las Ánimas; capilla del Santísimo Sacramento y capilla dedicada a San Antonio de Padua, construida por ese magnífico maestro de obra escuqueño Don José Rafael Barrios Valera.

 

Pila donde fue bautizado el Dr. José Gregorio Hernández Cisneros el año 1865.

 

Los años fueron transcurriendo y la situación de bonanza económica que dio pie para edificar un nuevo templo en Escuque fue menguando. Ya los recursos administrados por la Corporación Cívica de Fomento no eran los mismos, para 1918 el Templo aún no está concluido, sin embargo son muchos los escuqueños que aportan su mano de obra para lograr la terminación de los trabajos, entre algunos de ellos: Antonio Coronado, José Antonio Matheus, Isidro Valero, Zoilo Ayala y José María Rangel.

En julio de1916 se vio el Pbro. Juan Maximiliano Escalante en la necesidad de partir de Escuque, su nuevo destino fue la Parroquia del Espíritu Santo de La Grita en el estado Táchira, tenía que cumplir con las disposiciones emanadas por el Prelado Antonio Ramón Silva, pero dejando 12 años de fructífera labor pastoral y educativa; no sólo puso todo su empeño en edificar el nuevo templo del poblado, sino que se convirtió en el gran baluarte de los Colegios “San Luis” y “Pío X”, instituciones formadoras de eminentes profesionales y probos ciudadanos. Asimismo fue el compositor del Himno de Escuque. En el frontis del templo un monumento erigido en su honor por iniciativa de sus discípulos el año de 1952 da testimonio para la posteridad de la labor desplegada por este insigne sacerdote, al igual   una placa de mármol colocada en la parte superior de la puerta mayor de la iglesia.

Le correspondería ahora a otros sacerdotes continuar con la obra hasta alcanzar su culminación, en este sentido es necesario mencionar al  Presbítero Dámaso Cardozo quien asumió la responsabilidad de la Parroquia luego de la ausencia del Presbítero Juan  Maximiliano Escalante; el Pbro. Cardozo desplegó su labor pastoral en Escuque  durante  siete años (1916 – 1923), fue éste sacerdote quien tuvo a bien conformar para el año de 1922 la Cofradía del Niño Jesús, la misma estuvo integrada por niños varones de 7 a 14 años de edad.

 

Pbro. Dámaso Cardozo

 

De igual forma el Pbro.  Escolástico Duque (1923 – 1925) y el Pbro. Antonio Ignacio Camargo (1926 – 1928), estos últimos permanecieron por espacio de dos años en Escuque en el ejercicio de sus responsabilidades como Párrocos.

Es definitivamente para el año de 1927 cuanto culminan los trabajos de construcción  del nuevo templo de Escuque, durante la permanencia en esta Parroquia del Pbro. Antonio Ignacio Camargo, quien unos años después habrá de convertirse en el primer Obispo de Trujillo, una vez  creada en el año de 1957 la Diócesis de Trujillo.

 

Mons. Antonio Ignacio Camargo.

 

Fue el Pbro. Antonio Ignacio Camargo quien puso todo su empeño para finiquitar los trabajos, fundamentalmente lo relacionado con el techo y otros detalles que faltaban, también para esta fecha ya estaba todo el piso de la Iglesia debidamente enladrillado. “La época de muy mala situación económica” tal como lo escribiera en una misiva enviada por el Presbítero Camargo a un hacendado del lugar, evidencia las limitaciones por las cuales atravesaba Escuque durante la década de los años veinte del  pasado siglo.

 

Templo concluido. Año 1927.

 

La nueva iglesia fue ocupada con los escaños que cada familia hizo llevar hasta el recinto católico, desde estos bancos participarían en las ceremonias litúrgicas, quienes no lo tenían, algún amigo o conocido les invitaba a sentarse en el suyo o  acostumbraban también llevar las rodilleras para utilizarlas durante los oficios.

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A lo largo de buena parte del siglo XX los sacerdotes que fueron llegando a Escuque junto a la feligresía orgullosa de su hermoso templo se fueron encargando de embellecerlo, siempre con el deseo de dar lo mejor de sí para la casa de Dios, la casa de todos, la gran casa del Santo Patrón el Dulce Nombre de Jesús.

Los Presbíteros Rafael Ernesto Monsalve Citraro, al igual Felipe Santiago Jerez, ambos de gratísima recordación para los escuqueños, contribuyeron en gran medida para hacer del interior del templo escuqueño un sitio de gran esplendidez.

 

Pbro. Rafael Ernesto Monsalve Citraro

 

Quienes tuvimos la oportunidad de conocer el templo para ese entonces, aún recordamos el mosaico que cubría sus pisos, las paredes con sus esplendentes pinturas al óleo, las escenas pintadas por los hermanos Pedro y Domingo Peressi, de las cuales algunas se conservan, al igual la pintura del Bautismo de Jesús, cuyo autor fue el pintor italiano Atilio Abolio.

 

Pbro. Felipe Santiago Jerez González.

 

Se conservan en el actual Santuario Diocesano del Dulce Nombre de Jesús de Escuque,  aparte de las imágenes del  Niño Jesús y de la Virgen Inmaculada tamaño natural, las siguientes pertenencias del antiguo templo, reliquia del Escuque colonial: La Pila Bautismal donde fuera bautizado el Dr. José Gregorio Hernández, dos pilas para el agua bendita talladas en mármol y adosadas a las columnas en la entrada del Santuario,  una pequeña placa con la siguiente inscripción “Solemne homenaje, a Jesucristo Redentor y a su Augusto Vicario”, la misma está ubicada actualmente en la capilla dedicada al  Sagrado Corazón de Jesús; la placa conmemorativa al fallecimiento del  Pbro. Zoilo Troconis, quien murió en Escuque el 26 de junio de 1882, está ubicada en la capilla de San Antonio de Padua; la placa conmemorativa al fallecimiento del Dr. Guillermo Hóyer sepultado en el templo de Escuque y con fecha del 22 de noviembre de 1891, esta artística placa está ubicada en la  capilla dedicada a la Virgen de Coromoto.

Ahí está en pie ese hermoso Santuario construido al estilo greco romano, uno de los más hermosos del país, ya con más de cien años como la principal referencia del conglomerado escuqueño, pues en su seno se guarda el más preciado tesoro del pueblo de las espesas nubes, la milagrosa imagen del Niño Jesús (Patrimonio Histórico, Cultural y Religioso de la República Bolivariana de Venezuela). Elevado a la dignidad de Santuario Diocesano del Dulce Nombre de Jesús de Escuque el año 2015 por disposición del Ilustrísimo Mons. Cástor Oswaldo Azuaje Pérez, IV Obispo de Trujillo, de feliz memoria.  Recientemente restaurado dignamente por disposición de su actual Párroco Rector el Pbro. Miguel Ángel Monsalve González, junto a un magnífico equipo de trabajo, donde se ha renovado el esplendor de sus obras de arte, se ha devuelto un particular estilo a sus columnas toscanas de fuste acanalado, muros y capillas; ampliación y colocación de piso en el presbiterio, al igual se ha realizado un importante trabajo de embellecimiento a la sacristía del Santuario con la construcción de varios altares que inspiran la piedad y recogimiento en la feligresía.

Por tal razón, aspiramos en un futuro no muy lejano podamos ver convertido este Santuario Diocesano en la gran Basílica del Dulce Nombre de Jesús de Escuque, sus características y majestuosidad estamos seguros son más que suficientes.

 

 

JUAN CARLOS BARRETO BALZA*

*CRONISTA DEL MUNICIPIO ESCUQUE

 

 


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Tags: 305 años de la Parroquia EclesiásticaEscuqueSantuario Niño Jesús de EscuqueSentido de HistoriaTrujillo
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