28 de mayo de 1980, Día de la Dignidad Puertense | Por: Oswaldo Manrique.  

 

Por Oswaldo Manrique.

 Cumpliéndose hoy, 43 años del acto rebelde de un grupo de pobladores, que reunidos en horas de la noche, en asamblea, en una vivienda en la avenida Bolívar de La Puerta, decidieron emprender la defensa de la tierra, el ambiente y la vida, es decir, el inicio de cómo esta pequeña población fue haciendo historia, es propicio que este tema tan trascendente, pero a la vez cercano para los trujillanos, de la problemática que aqueja a gran parte de los países latinoamericanos, que ayer le tocó vivir con mayor intensidad a esta pequeña comarca andina y que aún hoy, sigue viviendo, cuestión que debería ser abordada en su justa dimensión social, económica y política de aquella época, y de los hombres y mujeres a quienes les tocó vivirla y enfrentarla.

Rescatar esta fecha principal, es enaltecer el carácter rebelde y defensivo de nuestra población, por sus derechos. Esa noche del 28 de mayo de 1980, <<Habitantes de la comunidad de La Puerta, decidieron unir sus esfuerzos para destruir con sus manos las primeras estructuras del Proyecto (Inturesa) que amenaza destruir su población>> (Benito Rivas y otros. La lucha de La Puerta. Pág. 6. 1983. En papel); salieron en manifestación popular y derrumban  las paredes que constituían el depósito de materiales para la futura construcción. Fue el primer acto de rechazo popular, real y decisivo al proyecto urbanístico depredador, en este conflicto socio ambiental. El primer acto de combate colectivo, y a partir de esta fecha, enardecidos los campesinos hombres y mujeres, los pobladores jóvenes y ancianos protestaron activamente con las armas de la razón y de la legalidad, contra los nuevos invasores depredadores de la vida y la naturaleza, pues su única forma de supervivencia ancestral y conocida era trabajar la tierra de sus padres.

No olvidemos el fondo del conflicto para los puertenses, de aquella época.   

A finales de la década de los 70 del siglo XX, un grupo de poderosos empresarios zulianos, banqueros, políticos, gobernantes, concejales y gamonales habitantes de otras ciudades, igualmente empresarios y terratenientes locales, que querían entrar en el negocio como pavorreales, que luego hicieron lo mismo dentro del área urbana, consideraron echar a los campesinos de la “apartada” o “foránea” Parroquia La Puerta (como la califican los organismos oficiales), con el fin de desarrollar un proyecto macrourbanístico para vacacionar la gente pudiente y privilegiada, y hacer enormes fortunas, a pesar del costo dramático para los pobladores autóctonos.

El mejor trabajo escrito sobre esos hechos es <<Historia de la lucha de La Puerta>>, de él extraemos uno de los argumentos del Comité Pro Defensa de La Puerta,  en el que afirman que lo que pretendía la constructora INTURESA, era destruir los preciados bienes de esta comunidad rural andina, como lo son <<las aguas del río Momboy (Bomboy), nuestras tierras agrícolas, el derecho a permanecer en nuestro hábitat natural, gozar y disfrutar de nuestra tranquilidad, percibir el fruto de nuestras culturas y tradiciones, pero fundamentalmente el derecho a la vida, que es el derecho supremo de todo ser viviente>> (pág. 40).  Finalmente caracterizan la lucha, como original y de nuevo tipo, es decir sin precedentes en Venezuela, no obstante se puede decir que simultanea con la de Cerro Galicia, en Falcón. Ambientalista, como fundamento principal del conflicto, novedosa por darse en algunas pocas partes del planeta, experiencias en defensa del hábitat y de los derechos ambientales o de futuras generaciones; y la declaran una lucha  Bolivariana, según los Estatutos de dicho Comité (pág. 46). Una lucha ambientalista, pero en el fondo, escondía un problema igual o de mayor entidad: el de la tenencia de la tierra, en esa negociación habían vendido parte de las tierras de la comunidad para la expansión urbana. Uno de los caciques terratenientes, «dragoneó» dando apoyo al pueblo en su lucha, no mencionó lo de la propiedad comunal de esas tierras, pero varios años después hizo lo mismo. 

Se escucharon otras voces solidarias, con diferentes visiones acerca del conflicto, pero coincidiendo en el objetivo principal  de lucha.

El cantautor del pueblo venezolano, Alí Primera, fue uno de los primeros personajes que se incorporó a la lucha que se originó el 28 de mayo de 1980, en La Puerta. Lucha y solidaridad que se expresó en la letra de  Abran la Puerta, que le dio connotación nacional al conflicto, y que a la vez, se fue transformando en himno de los sectores populares de Venezuela.

Como decía Alí “sin jaladera de bolas”, Abran La Puerta, formaba parte de la “canción trabajada y sudada por todos nosotros…para ir saliendo o entrando a la vida misma de la canción bolivariana”, lo dijo el 24 julio de 1983, en el Nuevo Circo, de Caracas con motivo del homenaje al bicentenario del nacimiento del Libertador, y cantó:

 

«No dejaremos que cierren
la linda puerta que siempre
ha estado abierta a la vida»

Yo no me quedo en la casa
pues al combate me voy
voy a defender la Puerta
en el Valle de Momboy.

 

Rogelio Torres, recordado vecino, parlamentario y ex Presidente de la Federación Campesina de Venezuela, seccional Trujillo, con zamarra prudencia en sus palabras y conocedor de la historia de la tenencia de las tierras de esta Parroquia, increpó: <<el Concejo Municipal de Valera debería revisar la documentación de la propiedad de los terrenos donde aspiran construir la macro urbanización, porque una gran porción al parecer, pertenece a dicha Municipalidad de acuerdo a los papeles que datan de 1891, que indican que alrededor de 45 hectáreas serían del ayuntamiento valerano, y por ley son inalienables>> (Diario de los Andes, edición del miércoles 9 de julio de 1980); fue de los pocos, que tocó y atacó el meollo del problema: el fraude sobre la tenencia, las tierras donde estaban construyendo el macro-proyecto urbanístico, son propiedad de la comunidad, las tierras del Resguardo Indígena de La Puerta.

El Dr. Jacobo Senior, vecino y ex Presidente del Concejo Municipal de Valera, considerado uno de los mas destacados municipalistas del país, fue lacónico en su parecer: <<en esa población lo que debe ejecutarse es un plan de ordenamiento territorial y no la posibilidad que planteó el señor Joaquín Padilla, Presidente del ayuntamiento valerano, de seguir construyendo>> (Diario de los Andes, edición domingo 2 de noviembre 1980, página 19), se refería a su comarca de vida, y propuso en concreto que, <<La Puerta debe ser declarada una zona no urbanizable>> (Ídem); lo ediles hicieron caso omiso, y años después aprobaron un mamotreto de Ordenanza sobre construcción, que ha servido para seguir vulnerando los derechos comunales.

El dirigente político y campesino de La Puerta, ex prefecto Amadeo Rivas, en una intervención ante delegaciones de parlamentarios y funcionarios de organismos nacionales y regionales, señaló la responsabilidad que tenían los presentes como gobierno y enfático les <<advirtió sobre la pérdida de las tierras agrícolas en La Puerta…ya no nos va a quedar ni para sembrar una remolacha>>, esto referido a la dramática situación de las pocas tierras con vocación agrícola en la zona y que se sacrificarían los intereses de la comunidad puertense, privilegiando a una minoría rica (Diario de los Andes, págs. 18 y 19, edición del 2 noviembre de 1980).

El padre Juan de Dios Andrade, recordado religioso, ex párroco y cronista de Valera, acerca del conflicto ambientalista, señaló:

<<La Puerta es un pueblo privilegiado por la naturaleza. Un pueblo que es preciso cuidar y defender. La campaña que acaba de librar…ha sido una campaña admirable, pedagógica, aleccionadora…escribí una nota alertando sobre la amenaza que se cierne sobre los pueblos del Estado Trujillo. Los millonarios urbanizadores con teorías de urbanismo mercenario e inhumano en el cual se excluye toda tabla de valores y se exhibe solo el poder y la magia de los millones, han amenazado al Estado Trujillo en cuyos pueblos han visto la posibilidad de hacer fuertísimas inversiones>>, (Discurso pronunciado en el acto de los 350 años de La Puerta. Valera, 1970); concluyó su discurso, <<Señores: La Puerta tiene la poesía de un simbolismo perdurable. Se abre para las cosas nobles y hermosas que quieren traerle y se cierra, para las cosas negativas y estúpidas>>, un exhorto a la toma de conciencia.

Guillermo Montilla, dirigente social y gremial, directivo de la asociación de periodistas, en su discurso pronunciado en La Puerta, sobre el Bicentenario del nacimiento del Libertador, dijo: <<Tremendo dilema el que nos plantea la cultura del cemento, la cabilla, el parque automotor, la contaminación, la crematística y la irresponsabilidad pensamos nosotros ante las dimensiones trágicas que acusa esta locura colectiva>> (Diario de los Andes. Valera. Edición del lunes 8 de agosto de 1983. Página 12).

Diputados como José Vicente Rangel, Pompeyo Márquez y Rafael Guerra Ramos, se pronunciaron en contra del macro-proyecto. El diputado Macario González, en entrevista publicada por el Diario de los Andes, del 8 de febrero de 1981, manifestó: <<La Puerta está dando un gran ejemplo y es esa actitud la que de lograr que las futuras generaciones no encuentren un territorio devastado, árido, despoblado y sin posibilidades de lograr su propio sustento>>.

La Gobernadora del Estado Trujillo, Dra. Dora Maldonado de Falcón, manifestó en un acto celebrado en Pampanito: <<Estoy al lado de La Puerta y en contra del proyecto urbanístico que planifican para la mencionada población>> (La lucha de La Puerta. 20 de noviembre de 1980. pág. 14).

 

El arquitecto Fruto Vivas.

Catalogado como uno de los mejores arquitectos del mundo, Fruto Vivas, solidario de las luchas de La Puerta, expresó:  <<no hablamos de los que van a visitar el paisaje sino de los que van a agredirlo a convertirlo en mercancía y en negocio fácil, para ser comprado a precio de gallina  flaca y vendido en Maracaibo y otras ciudades a precios realmente exorbitantes agrediendo y dañando en forma inhumana ese hermoso paisaje que le pertenece por derecho natural al pueblo de La Puerta>> (Diario de los Andes, edición del miércoles 3 de septiembre de 1980, página 2). De igual forma, fue claro y determinante:  << no se puede hacer ningún ordenamiento territorial que no sea sometido al examen cuidadoso de los pobladores de cada región, porque caeríamos en el hecho de que los planes se desarrollan en las instituciones a espaldas del pueblo y se le imponen sin saber qué mecanismo y qué intereses puedan estar detrás de cada uno de esos planes y dice que ante la demostración del Concejo Municipal del desinterés en resolver los problemas al pueblo que el pueblo de La Puerta al no sentirse representado por su ayuntamiento, pida en uso de su derecho la elevación de categorías>> (Ídem). La vigencia de sus palabras, en esta hora de tanta indefensión en que se encuentra La Puerta, se hace patente: dejar de ser el niño foráneo que tiene que ser llevado de la mano y representado, por otro. Se requiere su elevación a Municipio, para que se auto gobierne, sin curatelas municipales y trace su propio destino.

 

La rebeldía del 28 de mayo de 1980,  en La Puerta.

Sintiéndose amenazados y a la vez desconcertados por los gobernantes y empresarios, la vanguardia del conflicto siguió 10 años de lucha, durante los cuales se reunían, desarrollaban algunas acciones, trazaban nuevas estrategias, realizaban actos informativos y concientizadores, con algunos apoyos, en ese interín muere Alí Primera, una de las voces más destacadas; quizás el tiempo y el agotamiento neutralizó el conflicto y a la vez los llevó al camino del desconcierto.

De la revisión que se puede hacer a 43 años de aquella heroica jornada, merece escrutar si permanece ese desconcierto y si se ha esfumado la conciencia rebelde de aquel 28 de mayo, viendo la realidad de nuestra Parroquia que se puede resumir en 5.000 casas difuntas, los serios arponazos al pulmón natural como el de La Maraquita, el desarrollo vacacional de la calle 4, la ocupación del área histórica de crecimiento urbano, y ahora la ciudadela escondida entre Santa Bárbara, Pan de Azúcar y Los Bicuyes, son hechos para reflexionar y para recordar  y  demostrar lo indefensa en que se halla nuestra población.

Nos guía el propósito con esta corta crónica, relacionada con la compleja lucha de la población de La Puerta, durante los primeros años de la octava década del siglo XX, el rescatar para la memoria histórica, jornadas inéditas y ejemplares de la lucha social, cultural y ambiental en Venezuela, particularmente, la acción valiente de un grupo de la comunidad, ocurrida ese 28 de mayo de 1980, hecho trascendental frente a la agresión desarrollista del cemento, el dinero y el poder, que debe ser considerado e instituido por la Municipalidad como un día sillar en la lucha ambientalista de este pueblo; también como aporte para el debate, porque es importante saber cuál es la percepción que tienen los actuales pobladores de La Puerta, en relación  al conflicto de los años 80, los cambios ambientales producidos, las fortalezas y debilidades dejadas, que le permitan reflexionar, repensar  y forjar su propio destino, es decir, cómo nos preparamos para los nuevos tiempos, y de qué forma y con qué nuevos planteamientos nos orientamos estratégicamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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