Siempre se habla del “Caracazo”, pero el hecho que marca parte de la historia venezolana se inició en Guarenas, estado Miranda. Durante los días 27 y 28 de febrero de 1989 se desató una ola de saqueos en el país; se vieron afectados supermercados, carnicerías, negocios de artículos electrónicos y línea blanca, en un país donde un alto porcentaje de familias se encontraban en la pobreza.
Una serie de factores desencadenaron los fuertes disturbios donde una masa humana acogotada por el hambre y las necesidades, salió a reclamar ante un paquete neoliberal impuesto por el gobierno del entonces presidente de la derecha, Carlos Andrés Pérez.
El aumento del pasaje fue la chispa que disparó la revuelta popular, pues los transportistas pretendían subirlos en un 50%, duro golpe para el bolsillo del venezolano. Otro factor fue el acaparamiento y especulación con los productos de primera necesidad, que causó desabastecimiento e inflación.
Era finales de los ochenta. Venezuela estaba envuelta en una apretada situación económica y un elevado endeudamiento externo contraído entre 1975 y 1978, además de la caída de los precios internacionales del petróleo, y la devaluación de la moneda en 1983.
Ante la situación, Carlos Andrés Pérez toma medidas y fueron implementadas políticas como controles de cambio y de precios y otras medidas económicas que se creía que podrían cambiar la economía venezolana al momento. Este “paquete económico” fue promovido por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Dado la manera violenta de los acontecimientos del 27 de febrero, las fuerzas policiales regulares fueron rebasadas y se desbordó la situación, por lo que el mediodía del día 28 el presidente Pérez, ordenó a la Guardia Nacional y al Ejército reprimir los disturbios.
El balance de pérdidas humanas dejado por los hechos del 27 de febrero de 1989 fue según cifras oficiales de 300 muertos y más de un millar de heridos. Sin embargo, según reportes extraoficiales el número de muertos llegó al millar. BAG