¿Sabías que 1 de cada 3 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia física, sexual o emocional?
Así es la violencia contra la mujer se encuentra en todos los estratos sociales, económicos o raciales que afectan a las mujeres de todas las edades y surge en cualquier entorno, muchos de ellos en el entorno familiar ya que según estudios el 38% de los feminicidios son perpetrados por la pareja y el 7% de las mujeres han sufrido agresiones sexuales por personas distintas a su pareja.
Dura realidad
Emmanuella tenía siete años cuando la violaron. A los 17 años de edad, Tabasum fue secuestrada y obligada a casarse con un hombre mayor, que seguidamente le infligió quemaduras. Helen sufrió acoso escolar porque le gustaban las mujeres en lugar de los hombres. Elisa fue arrastrada a la plaza de la ciudad y allí fue golpeada, porque se atrevió a participar en la política. Nana pudo escapar de la violación por parte de un conocido e inició conversaciones sobre el consentimiento mucho antes de que el movimiento #MeToo apareciera en los titulares internacionales.
Infinidad de casos como estos se viven día a día por todo el mundo, y los que no salen a la luz por el temor de muchas mujeres por su vida, quienes no denuncian y sufren en silencio los sufrimientos que implican los diversos tipos de violencia que puedan padecer. Es de resaltar que una de cada tres mujeres sufre violencia a lo largo de su vida, independientemente de su estatus social, clase, raza, país o grupo de edad.
Combatir la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas es un objetivo fundamental. El deber no es sólo solidarizarnos con ellas, sino intensificar los esfuerzos para encontrar soluciones y medidas para detener un flagelo global y prevenible que tiene un impacto perjudicial en la vida y la salud de las mujeres y las niñas.
Hoy
Activistas de base y sobrevivientes, además de movimientos internacionales como el de “#MeToo”, “#TimesUp”, “#BalanceTonPorc”, “#NiUnaMenos”, “HollaBack!” y “#TotalShutdown” han convertido el aislamiento en sororidad mundial. Gracias a esta acción, se exigen responsabilidades a los agresores y se expone la prevalencia de la violencia ejercida en un espectro que incluye desde la alta dirección hasta la planta de producción. Los movimientos mundiales de hoy en día impulsan peticiones colectivas de rendición de cuentas y la adopción de medidas e instan a poner fin a la impunidad para garantizar los derechos humanos de todas las mujeres y las niñas.
El tema del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de este año es “Pinta el mundo de naranja: #EscúchameTambién”. Este lema tiene como propósito honrar y amplificar todavía más las voces de las personas, ya sea la de una ama de casa en su hogar, la de una alumna que sufre abusos de su profesor, la de una secretaria de oficina, la de una deportista o la de un muchacho que está de pasante en una empresa, uniendo sus experiencias de diferentes lugares y sectores en un movimiento mundial de solidaridad. Es un llamado a escuchar y a creer a las personas sobrevivientes, a poner fin a la cultura del silencio y a que nuestra respuesta tenga como centro de atención las personas sobrevivientes. Se debe dejar de cuestionar la credibilidad de la víctima y en su lugar hay que centrarse en la rendición de cuentas del agresor.
La Asamblea General declaró esta fecha en 1999 e invitó a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen ese día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto del problema de la violencia contra la mujer. La fecha del 25 de Noviembre fue elegida en conmemoración del brutal asesinato en 1961 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del entonces gobernante dominicano Rafael Trujillo.