Fueron necesarios 472 combates para liberar a Colombia (1819), Venezuela (1821), Ecuador (1822), Perú (1824), Bolivia (1825); Bolívar fue comandante y jefe de 37 campañas habiendo ganado 27, perdido 8 y dos mas de resultado incierto; cerca de cinco mil cartas, menos de la mitad lamentablemente perdidas; setecientos ochenta decretos, cien proclamas, otras tantas arengas, tres ensayos literarios y hasta una breve biografía, la del Mariscal de Ayacucho
Nelson Altuve –
Tenía tres hermanos mayores que él -María Antonia, Juana y Juan Vicente- y hubo otra niña, María del Carmen, que murió al nacer. Antes de cumplir tres años, Simón perdió a su padre, fallecido en enero de 1786. En Caracas transcurrieron sus primeros años, con ocasionales viajes a las haciendas que la familia poseía en los Valles de Aragua. En 1792 falleció doña Concepción.
Sus hermanas, María Antonia y Juana contrajeron matrimonio bien pronto, y los dos varones de la familia, Juan Vicente y Simón, siguieron viviendo con el abuelo materno, don Feliciano Palacios. La casona de la familia daba al frente a la plazuela de San Jacinto, en pleno centro de la ciudad. Al morir el abuelo, Simón quedó al cuidado de su tío y tutor Carlos Palacios. En julio de 1795, cuando cumplía 12 años, sufrió una crisis muy propia de la primera adolescencia: huyó del lado de su tío, para acogerse a la casa de su hermana María Antonia y de su marido, hacia quienes sentía mayor afinidad afectiva.
Simón Bolívar pasó algunos meses como interno en la casa de don Simón Rodríguez (1771-1854), nacido también en Caracas, quien regentaba entonces la Escuela de primeras letras de la ciudad. Entre aquel genial pedagogo y reformador social, y el niño Simón Bolívar, se estableció pronto una corriente de mutua comprensión y simpatía, que duraría tanto como sus vidas. Rodríguez se marchó de Caracas en 1797. Antes y después de ser alumno suyo, tuvo Bolívar otros maestros, entre los cuales se cita a Carrasco y a Vides, quienes le dieron lecciones de escritura y de aritmética, Jesús Nazareno Zidardia, al Presbítero José Antonio Negrete, profesor de Historia y de Religión, y a Guillermo Pelgrón, preceptor de latinidad. Recibió también lecciones particulares de Historia y de Geografía que le dio don Andrés Bello.
La vocación de Bolívar era el ejercicio de las armas. En enero de 1797, ingresó como cadete en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua, del cual había sido Coronel años atrás su propio padre. No tenía aún 14 años cumplidos. En julio del año siguiente, fue ascendido a Subteniente, y se anotaba en su hoja de servicios: Valor: conocido; aplicación: sobresaliente.
A comienzos de 1799, viajó a España. En Madrid, bajo la dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y se entregó con pasión al estudio. Amplió sus conocimientos de historia, de literatura clásica y moderna, y de matemáticas, inició el estudio del francés, y aprendió también la esgrima y el baile. En Madrid conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, de quien se enamoró. A fines de 1800 pensaba en constituir un hogar, asegurarse descendencia, y regresar a su país, para atender al fomento de sus propiedades.
En la primavera de 1801 viajó a Bilbao, donde permaneció casi todo el resto del año. En mayo de 1802 estaba de nuevo en Madrid, donde contrajo matrimonio, el día 26, con María Teresa. Los jóvenes esposos viajaron a Venezuela, pero poco duró la felicidad de Simón. María Teresa murió en enero de 1803. El joven viudo regresó a Europa a fines de ese mismo año, pasó por Cádiz y Madrid, y se estableció en París desde la primavera de 1804.
En la capital del naciente Imperio Francés frecuenta teatro, tertulias y salones, donde conoce a bellas mujeres, pero trata igualmente a sabios como Alejandro de Humboldt y Amado Bonpland, y asiste a las conferencias y a los cursos libres de estudios donde se divulgan los conocimientos y las teorías más recientes. En esta época de su vida se entrega con pasión a la lectura. Se ha encontrado de nuevo con Simón Rodríguez, cuyo saber y cuya experiencia hacen de él un extraordinario compañero de conversaciones, lecturas y viajes.
Van juntos a Italia, y cruzan a pie la Saboya. En Roma, un día de agosto de 1805, en el Monte Sacro, Bolívar jura en presencia de su maestro no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta que haya logrado libertar al mundo Hispanoamericano de la tutela española. Y a fines de 1807, Bolívar se embarca en un buque neutral que recorre una parte de los Estados Unidos, y regresa a Venezuela a mediados del mismo año donde empieza a gestar la Independencia de Venezuela con los acontecimientos que se sucedieron desde el 19 de abril de 1810.
Las batallas de Simón Bolívar fueron:
En el año de 1813:
28 de febrero: Batalla de Cúcuta. Derrota al coronel realista Ramón Correa. 31 de julio: Batalla de Taguanes. Vence al coronel Julián Izquierdo. 5 de diciembre: gana la Batalla de Araure.
En el año de 1814: 15 de junio: Bolívar y Santiago Mariño derrotados por José Tomás Boves en la segunda Batalla de La Puerta.
En el año de 1819: 25 de julio: triunfo en la Batalla del Pantano de Vargas. 7 de agosto: Batalla de Boyacá.
En el año de 1821: 24 de junio: el ejército de Bolívar ataca y destruye al ejército español en la Batalla de Carabobo.
En el año de 1822: 7 de abril: Batalla de Bomboná. 24 de mayo: la campaña del sur queda virtualmente concluida al vencer el General Antonio José de Sucre: al ejército español en la Batalla de Pichincha.
En el año de 1824: 6 de agosto: las fuerzas bolivarianas, mandadas por Sucre, ganan la Batalla de Junín. 9 de diciembre: tiene lugar la Batalla de Ayacucho, en que capitula ante Sucre el ejército español y de hecho concluye la dominación española.
Frases celebres de Bolívar:
“Siempre es noble conspirar contra la tiranía, contra la usurpación y contra una guerra desoladora e inocua”.
“Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos”.
“Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho”.
“Juro por el Dios de mis padres, juro por mi patria, juro por mi honor, que no daré tranquilidad a mi alma, ni descanso a mi brazo, hasta no ver rotas las cadenas que oprimen a mi pueblo por voluntad de los poderosos”.
“Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía”.
“Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios”.
Simón Bolívar es sin duda el personaje histórico más importante que ha producido América Latina, hasta el punto que casi todos los movimientos políticos y sociales lo han reclamado como precursor o fundador. Cada época y corriente ideológica han recreado a Bolívar de acuerdo con sus propios afanes, así que han desfilado por las páginas de historia unos Bolívares masónicos o beatos, derechistas o izquierdistas, gringófilos o cerradamente antinorteamericanos… Ninguna visión encierra la verdad entera, pero todas se fundamentan, por lo menos en parte, en lo que él dijo e hizo.