Mérida. La asociación civil Agenda Social realizó una investigación sobre la salud menstrual de las merideñas entre agosto y noviembre de 2023. Encuestaron a 1157 mujeres entre 18 y 55 años de cuatro municipios del estado, Rangel, Libertador, Campo Elías y Santos Marquina, para analizar los factores que influyen en su higiene menstrual.
Según la investigación 39 % de las encuestadas usa los productos más económicos del mercado, debido a la crisis económica que padece el país, ya que deben gastar más de un salario mínimo que es de 3.60 dólares al mes, para poder cuidar su higiene menstrual.
La investigación de ASAC arrojó varios resultados que se enlazan con la falla de servicios públicos como el agua para gestionar su higiene, la hiperinflación que influye en el alto costo de los productos para la higiene menstrual y los bajos salarios que no permiten que las merideñas se vea con un médico ginecólogo.
Nataly Carvajal, una de las encuestadoras de Agenda Social, destacó que la mayoría de las merideñas tienen tabúes hacia la menstruación.
“Casi 10 % de las encuestadas nos dijo que se sentía avergonzada cada vez que le llegaba el periodo”, recalcó Carvajal.
Indicó que la feminización de la pobreza hace que las mujeres sigan ocupándose el doble de los cuidados del hogar y no puedan gestionar plenamente su menstruación, tampoco lo ven como un tema prioritario porque amerita “mayor gasto”.
Tema tabú
Nohely Parra, activista de la Red Mérida Feminista, dijo que se le hizo muy dificil lidiar con su primer ciclo menstrual, había crecido en un ambiente en el que no se hablaba del tema, las mujeres de su familia lo tomaban como una experiencia fastidiosa y de la que no se hablaba en público.
“Cuando me llegó la menstruación por primera vez estaba muy asustada, era todavía muy niña, tenía nueve años, no sabía qué hacer. Sí me sentí muy avergonzada, no contaba con una red de apoyo. Con el pasar del tiempo, fue más llevadero y dejé de verla sin tabú hace aproximadamente tres años, pero esa primera experiencia fue horrible”, contó.
Holaya Peña, coordinadora de la Comisión de la Mujer de la Universidad de los Andes (ULA Mujer) destacó que las mujeres del campo merideño no reciben la atención adecuada en cuanto a higiene menstrual. Tampoco están registradas en ningún programa que les aliviane costos porque no tienen acceso a atención de su salud sexual y reproductiva con especialista de forma gratuita.
“ULA Mujer también realizó varias encuestas a mujeres entre 15 y 24 años y alrededor del 90 % respondió que no forman parte de ninguna institución que las ayude a informarse sobre higiene menstrual, ni tampoco a servicios de salud dignos. La idea de ir al ginecólogo y usar anticonceptivos está casi descartada debido al machismo que reina en estas comunidades”, destacó.
Añadió que muy pocas mujeres hablan de sus cuerpos, de su menstruación y de su salud en el campo merideño. Se sigue reforzando la idea de que los procesos biológicos de las mujeres, como la menstruación y la menopausia, son algo de qué avergonzarse.
Bajo porcentaje
Diana Hernández, miembro de ULA Mujer, comentó sobre la evolución de la relación con su cuerpo, cuando comenzó a usar la copa menstrual.
“Al principio me daba asco con mi cuerpo, decía ‘no puedo con esto’, me avergonzaba de mi menstruación. Con el pasar del tiempo, usar la copa se volvió una práctica de ayudar al planeta, ya que las toallas sanitarias y los tampones están hechos de materiales contaminantes incluso para el cuerpo femenino”, aclaró.
Agenda Social determinó además que solo 6 % de las merideñas usa la copa menstrual como un producto de higiene alternativo menstrual frente a un 92 % que emplea el uso de toallas como principal método de higiene menstrual.
71 % de las merideñas está dispuesta a usar métodos alternativos de higiene menstrual como la copa para mitigar los costos de la gestión menstrual en sus vidas.
En Venezuela las mujeres aún tienen mucho tabú con respecto al tema de la higiene menstrual, Diana Hernández insistió en realizar más jornadas de formación en zonas rurales y urbanas del estado para concientizar la importancia de este tema en las jóvenes y mujeres merideñas.
Por Crónica Uno
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