Para algunos venezolanos, la década de 1950 significó la experiencia de sus mejores años. Mandaba Marcos Pérez Jiménez, un general altivo, de quien se cumplen 16 años de su muerte, ocurrida en España el 20 de septiembre de 2001.
La dictadura del período 1952-1958, comandada por el general Marcos Evangelista Pérez Jiménez, despierta de vez en cuando el sonido de algunas voces que susurran un modo de vida ideal si al frente se encuentra un hombre con uniforme.
Son esos venezolanos que dicen haber vivido despreocupados por la inseguridad , que se entusiasman dando detalles de cómo dejaban sus casas puertas abiertas en madrugadas alumbradas por la luna y alejadas del interés de la delincuencia.
Era esa la Venezuela que admiró a los militares -en el pasado, claro está- e incorporó esa reverencia como un signo cultural. Se trataba de toda una nación parada firme ante un general de baja estatura, con un rostro desprovisto de gestos, sin sonrisa ni sospecha de amabilidad. Pero, era un general. Es decir, palabras mayores.
La gente sabía que aquel tachirense , sobre quien se hablaba de su carácter implacable, también tenía un sueño: hacer de Venezuela un punto de referencia en el mundo.
Por su obra lo conoceréis La gestión de gobierno de Pérez Jiménez se enumera por obras, entre otras, como el teleférico de Caracas, el Hotel Humboldt, la autopista Caracas La Guaira, la autopista regional del centro, las torres de El Silencio.
El país acariciaba el sueño de ser y parecer parte del primer mundo. Durante su administración, el país conoció el Nuevo Ideal Nacional , que fue su manera de otorgar una identidad de orgullo patrio; también su forma de darle una “espiritualidad” a la Venezuela de entonces. Y cómo no, de ser él, el centro de esa suerte de nueva religión conocida como perezjimenismo.
La autopista Caracas- La Guaira, las carreteras de primer mundo
Ciertamente, el magnetismo de los líderes ha envuelto a generaciones de venezolanos. A veces para su desgracia. El mandatario tachirense, por ejemplo, utilizó el peso de su bota para neutralizar a sus adversarios. Como consecuencia del uso autoritario del poder fue acusado de violar los derechos humanos.
La tortura fue incorporada como método de interrogatorios. El objetivo era exterminar la resistencia civil, proscribir los partidos políticos formalizados, silenciar la voz disidente.
Todo ello, enmarcado en una institución temible como la Seguridad Nacional y un hombre fuerte, Pedro Estrada, el llamado número 2 del régimen.
La dictadura recibe a Christian Dior y estrena la televisión Mientras los venezolanos se debatían entre aquellos que apoyaban al dictador y aquellos que lo enfrentaban, la nación continuaba un desarrollo aparentemente modélico.
El venezolano amante de las tendencias de moda vio en el Hotel Tamanaco (Caracas) y en el Hotel del Lago (Maracaibo) las colecciones presentadas en persona por el modista Christian Dior en 1953.
La tiranía, cosida con hilos de naturaleza pretenciosa , no le daba la espalda al buen vestir. El resto de Latinoamérica no podía regalarse ese privilegio de la costura francesa.
Además, el general había inaugurado la televisión en Venezuela en 1952. El pueblo celebró así otra forma de entretenimiento y el militar en ejercicio presidencial había descubierto su propio bunker publicitario. Venezuela era el exotismo del Caribe , una pequeña república capaz de igualar el poderío económico de las grandes potencias, de crear una infraestructura educacional con miras a erradicar cualquier signo de analfabetismo, de cumplir su promesa de pleno empleo.
Pérez Jiménez era en sí mismo la buena noticia que acariciaba los oídos del mundo. El lado oscuro de la tiranía solo lo sufría el venezolano. Así, la revista Time le dedica esta portada, en 1955.
Por primera vez, la revista Time le dedicó una portada a un venezolano
Rómulo Betancourt fue el segundo en ser considerado por la publicación estadounidense; Hugo Chávez , el tercero. Tres mandatarios del país. Tres formas de gobierno con consecuencias sociales y políticas distintas.
No son pocos los venezolanos que observaron en aquel uniforme militar una esperanza , derrumbada luego el 23 de enero de 1958, cuando el país dejó de sentirse representado en la monumentalidad de la obra perezjimenista.
Las torres de El Silencio grita la opulencia de Pérez Jiménez
Ahora, cuando se cumplen 16 años de su fallecimiento , el destierro de Pérez Jiménez, el venezolano protegido en España por la dictadura de Franco , deja una gran enseñanza al país de 2017: El pueblo no está dispuesto a dejarse comprar por un ideal político que no respete la dignidad de los ciudadanos.