2023: un gran compromiso para proseguir la lucha por la democracia venezolana | Por: Luis A. Villarreal P.

 

Concluyendo un trágico año más, en lo que a la búsqueda de mejoramiento socio-económico y avance político se refiere, en rápida retrospectiva podemos afirmar que no hemos hecho mucho como opositores, comprendiéndose también que las circunstancias nos han sido incongruentes y adversas.

Gran parte de estas calamidades no las hemos podido superar los venezolanos desde aquel ‘solos no podemos’, reconociéndose que la lucha era muy dispareja, notoriamente asimétrica. Como —en apología a El cantor de Bolivia— lo diría ahora Alí Primera:  »eran versos contra balas… y…».

Por ello, simultáneamente a las refriegas de calle, se tocaron las puertas de los lentos y complicados organismos multilaterales OEA, ONU, con el empuje de coaliciones de países liderados por EE. UU. y la UE, sin mayor éxito del que hemos visto.

Pero no sólo por cuestiones que han reclamado preferente atención: Covid y Ucrania que es bastante, sino por la infuncionalidad de la oposición partidista que definitivamente sigue dejando estela larga y deprimente de su incapacidad para interpretar la emergencia nacional y configurar la Unidad necesaria como perentoria e impostergable respuesta.

Ahora según se ha dejado ver, quienes no han dado pie con bola, y que posiblemente están impregnados de oficialismo —reconózcanlo o no— porque llevan agua al molino del régimen,  han enfilado la artillería contra el Gobierno Interino, su chivo expiatorio, para argüir por enésima vez —como si Juan Guaidó fuera MacGyver  o Superman— que dicho gobierno ‘paralelo’ no funcionó [no dio la talla].

Tal excusa debería rectificarse sin ocultos intereses porque la Plataforma Unitaria Democrática fue [¿?] su mentora y soporte, y miembros de algunos partidos que la conforman, sus ‘colaboradores’. Además, Guaidó realizó el rol que sus colegas diputados le cedieron y reiteraron en su contexto.

Ahora lo que está en juego no es Guaidó, sino la significancia raigal de la AN 2015 respecto a la Constitución; y en ese sentido —considerando el apoyo de los países que lo reconocen como Presidente Interino— suponemos las consecuencias del vacío que podría dejarse en desmedro de los objetivos de la democratización de Venezuela, única solución valedera de la crisis oprobiosa.

Sobre esta crítica situación se han pronunciado algunos líderes y organizaciones partidistas, y, claro, personas y medios que están pendientes del presente navideño que nos trajeron estos santas del G3 [AD, PJ, UNT] quienes se han vendido y dado el vuelto.

Ellos, siempre tan inteligentes, han decapitado al Gobierno Interino, no a la AN 2015 [algo así como matar la vaca y quedarse con la ubre ¿?]. Pero se reservaron tres comisiones para ‘resolver’ problemas políticos desde el cuestionado sector partidista opositor; y, sobre todo, para hacerse cargo de los activos financieros retenidos por causa de sanciones contra el oficialismo, con lo que pasarían a ser ‘dolientes’ de los recursos —confiscados o no— de los venezolanos.

 

Del 2022 al 2023

Travesía de abrojos

y sirenas, de líderes urgida.

Eso perciben todos.

Dispersa la familia,

y lidiando penurias con la

[ruina.

Caminemos erguidos

con la ciudadanía a todo dar.

Mostrando que sufrimos

la opresión y el caos que hay.

Por Venezuela y nuestra

[libertad.

¡Vamos al Año Nuevo!

sumando sobre aciertos

[avalados.

Honremos con esmero

el deber ciudadano,

siguiendo los caminos

[democráticos.

L A V P

El año se despide, dejando cabos sueltos e incertidumbre: en los procesos de Diálogo y Primarias; y, lógicamente, en las vicisitudes acaecidas que trocarían la suerte del Gobierno Interino. Pero además, dejando las brasas en manos del venidero sobre el que hay, pese a todo lo antagónico y contraproducente que hemos visto y del caudal de dudas que se tejen,  cifradas esperanzas de un reacomodo en el tablero donde se sigue jugando el destino de nuestra Venezuela.

En el exterior, y por ende en los manejos de la oposición partidista interna que sigue    ejerciendo la exclusiva ‘representación’ del país, aun cuando esta debería ser ampliada de manera formal y vinculante, con gremios e instituciones de diversa índole, para creer que la lucha no es ‘bilateral’ entre el oficialismo y algunos partidos, sino entre el primero y el resto de los venezolanos en calidad de ciudadanos organizados en una sola oposición realmente Nacional.

Esa nueva estructura, en vista  de una partidocracia insuficiente y fallida, debería agarrar las riendas y la fusta para cabalgar un mejor caballo de batalla en los derbis de Primarias y Presidenciales que se nos vienen, por el rescate de nuestra democracia ante el mundo.

Feliz Nochevieja y venturoso Año Nuevo 2023…

 

 

 

 

 

 

 

 

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