Madrid, 24 dic (EFE).- Son literalmente pequeños documentales de moda, pero desde la llegada de la pandemia, los «fashion films» son además la herramienta salvavidas de las firmas para dar a conocer sus colecciones. De Nueva York a París, pasando por Milán o Nueva York, los calendarios de la moda y marcas se han rendido en este año ante el formato.
La llegada de la pandemia al 2020 ha cambiado el ritmo de vida y ha alterado, fundamentalmente, aquellos planes que giraban en torno a las multitudes abarrotadas, como los desfiles de moda. Unas presentaciones de colecciones que vertebran los imaginarios de las marcas y que se han reinventado este año sosteniéndose sobre esta nueva modalidad.
Los «fashion films» son «formatos que combinan arte y publicidad en construcciones visuales», explicaba durante las conferencias «Fashion films al servicio de la moda» Diego Hurtado de Mendoza, director consagrado en el formato por algunos de sus trabajos en marcas como MTV o Vogue.
Estas pequeñas historias que muestran la identidad de las firmas mediante vídeos breves no son nuevas. Marcas como Tous o Chanel llevan años empleándolas de forma complementaria a sus presentaciones, así como otras fuera del universo de la moda, como Freixenet en sus anuncios navideños, que se suman a este formato para conectar con el público.
Con la llegada de julio y en plena pandemia, París debutaba con su primera semana de la Alta Costura otoño-invierno 2020-21 en formato digital, sustituyendo su icónica pasarela física realizada desde comienzos del siglo XIX por «fashion films».
Dior, Schiaparelli, Iris Van Herpen o Chanel se negaban a echar el freno ante la crisis, adaptándose a este formato y a las posibilidades que ofrece.
De bosques encantados hasta avatares personalizables, las marcas optaban por erigir historias fantásticas en las que mostrar, además de las colecciones, sus universos creativos a través del séptimo arte.
La tendencia se expandió y fue utilizada por las semanas de la moda de Nueva York y Milán, y también por la de Madrid, que sin embargo adoptó un formato híbrido durante su edición del mes de septiembre.
Y es que, «un ‘fashion film’ es el estilo de vida y la ideología de una marca». Así lo explica el cineasta Pablo Maestres, quién debutó como director en este género de la mano de Del Pozo en 2014, y para quien estas piezas constituyen una mezcla entre registros como «el documental, vídeos comerciales y videoclips».
Aunque los fashion films «no se queden para sustituir de forma definitiva a los desfiles», tal y como apuntaba durante un vídeo en directo en Instagram Esther García, regidora y coordinadora de desfiles de la pasarela madrileña, sí que configurarán una parte importante de la nueva normalidad en la moda, hasta que la situación sanitaria remita y puedan permitirse desfiles con grandes aforos.
Mientras tanto y por el momento, las firmas siguen nutriéndose de esta nueva forma de dar a conocer sus colecciones y proyectar su creatividad de cara a los últimos días del 2020, como es el caso de Balenciaga, que el 7 de diciembre presentaba en forma de videojuego su última colección, en un formato que ya en septiembre lanzaba en España la firma Marlo Studio.
Un salvavidas para el mundo de la moda que encuentra en las nuevas tecnologías el aliado perfecto para seguir funcionando y desplegar su creatividad a través de las pantallas.
María Muñoz