18 bebés murieron en el Hospital Central de Valera

Algunos bebés con un cuadro de salud estable se complicaron cuando los internaron en la sala de Neonatología.

Desde el 2012 el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) no ofrece datos sobre la mortalidad infantil en el país, y de publicarlos en la actualidad el repunte de la cifra sería exasperante, pues los datos que rebusca y confirma la prensa alertan al pueblo de una realidad alarmante.

Del 1 de enero al 31 de agosto, se pudo conocer que al menos 131 bebés fallecieron en el Hospital Central de Valera, un promedio de cuatro bebés por semana. Aunque el repunte de la cifra se registró entre abril y mayo, los decesos de hasta tres niños por día desesperaron a los padres y los obligó a alzar la voz en protesta y difundir la denuncia a través de los medios de comunicación en la entidad para que las autoridades tomaran cartas en el asunto.

Y efectivamente, la sala ubicada “temporalmente” en el piso 4 fue clausurada. Debían reubicarlos en el piso 5, donde originalmente funcionaba el área de Neonatología, pero aún no estaba en condiciones para su reapertura, por lo que se establecieron en la planta baja, junto a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Sin embargo, el “pañito de agua tibia” pierde sus efectos tres meses después, con la reincidencia de las problemáticas que afectaban en los otros pisos y no hay señales de mudanza. Según fuentes fidedignas, 18 bebés fallecieron en las tres semanas transcurridas de noviembre y ya “sin nada que perder” las familias denuncian los desmanes del personal que los atendió.

Comentaron que en un abrir y cerrar de ojos sus bebés llegaban a un estado de salud crítico y debían correr para llegar a tiempo con el medicamento que le solicitaran, algunas familias se endeudaron para poder costear los tratamientos, compraban cajas completas de ampollas y cuando las pasaban a las enfermeras, quienes las solicitaban, no obtenían respuesta de la reacción del bebé.

Ni sabían si realmente le colocaban el tratamiento a su bebé, perdían la confianza cuando salía otra enfermera a pedir, otra vez, el tratamiento. Prefirieron creer que no se comunicaban entre ellas y no que perdían el control. Lo mismo pasaba con los bedeles del recinto, aunque supuestamente es lo que abunda en la nómina de personal, es a quienes menos se les ve trabajar, tanto así que las familias han propuesto limpiar ellos mismos, más allá de colaborar con los productos de limpieza y desinfectantes.

La estocada final llegaba cuando un bebé fallecía, los especialistas desaparecían. No hay quien de la cara y explique a los padres el motivo del deceso. En algunos casos se atrevieron a comentar que las madres eran primerizas, algunas adolescentes, con un embarazo descuidado, donde el feto no tuvo lo necesario para desarrollarse y sobrevivir, pero esa explicación no cabe en las más de 100 muertes.

Las familias reconocen la labor de muchos otros trabajadores del recinto, destacan por su vocación de servicio, aún con las limitaciones existentes, tan solo desean que todos en ese lugar, al que llegan familias vulnerables de Trujillo y zonas limítrofes, fueran así.


Plan Nacional

Con el propósito de respaldar el derecho humano a una maternidad segura y feliz el presidente de la República, Nicolás Maduro, lanzó el Plan Nacional de Parto Humanizado para el cual se formaron al menos 10 mil promotoras comunales que deben apoyar a las “barrigonas” también durante la gestación.


DATOS

4

Bebés por semana fue el promedio de muertes entre enero y agosto del 2017

6

Bebés por semana en noviembre, suma 18 en lo que va de mes

10

Mil promotoras comunales se formaron en el Plan Nacional de Parto Humanizado para apoyar a las embarazadas.

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