Nueva York, 16 may (EFE).- Los New York Knicks se clasificaron este viernes para su primera final de la Conferencia Este en 25 años tras aplastar a los Boston Celtics por 119-81 y destronar a los vigentes campeones de la NBA por 4-2.
Los Knicks (terceros del Este) se enfrentarán con factor cancha y por un puesto en las Finales de la NBA a los Indiana Pacers (cuartos). El primer partido se jugará el miércoles en el Madison Square Garden con mucho aroma de revancha, empezando porque los de Tyrese Haliburton eliminaron a los neoyorquinos el año pasado en la segunda ronda.
Desde el año 2000 ha tenido que esperar esta legendaria franquicia para alcanzar una final de conferencia. En esa ocasión cayeron precisamente ante los Pacers de Reggie Miller.
En 1999 llegaron asimismo a la final del Este y también se midieron a Indiana, pero esa vez sí avanzaron a unas Finales en las que perderían frente a los San Antonio Spurs de Tim Duncan y David Robinson.
Varias décadas más hay que remontarse para encontrar los dos únicos títulos de los Knicks, correspondientes a 1970 y 1973.
Por todo ello, la afición neoyorquina ha vivido con absoluta pasión estas últimas semanas con unos Knicks que les han vuelto a ilusionar y con un Garden ha sido una olla a presión, especialmente este viernes para disfrutar de una jornada ya histórica para el equipo de la Gran Manzana.
Jalen Brunson, el referente imprescindible de este conjunto, fue el principal recurso ofensivo con 23 puntos (8 de 14 en tiros con 3 de 8 en triples), 6 rebotes y 6 asistencias en tanto que OG Anunoby volvió a ser decisivo en ataque y defensa (23 puntos con 7 de 18 junto a 9 rebotes).
Además, Josh Hart se convirtió en el tercer jugador de la historia de los Knicks con un triple-doble en postemporada y el primero desde Walt Frazier en 1972 (10 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias), el dominicano Karl-Anthony Towns fue el mejor en el inicio (21 puntos y 12 rebotes) y Mikal Bridges (22 puntos con 4 de 7 en triples) redondeó una velada mágica de los Knicks, que batieron con +38 el récord de su mayor triunfo en un partido de ‘playoff’.
Por su parte, los Celtics, heridos de muerte por la grave lesión de Jayson Tatum, necesitaban una noche épica pero se quedaron lejísimos dado que ya perdían de 27 puntos al descanso y llegaron a estar 41 abajo en el tercer periodo.
Jaylen Brown lo intentó todo pero el acierto no estuvo de su lado. Acabó con 20 puntos (8 de 20 en tiros con 3 de 9 en triples), 6 rebotes y 6 asistencias pero 7 pérdidas de balón. Además fue eliminado por faltas con 2.50 en el tercer cuarto.
Ni Derrick White (8 puntos con 3 de 11), ni Jrue Holiday (4 puntos con 1 de 8) ni Kristaps Porzingis (4 puntos con 1 de 4) estuvieron a la altura del reto. Los de Joe Mazzulla sufrieron desde el triple (12 de 41, 29,3 %) y fueron masacrados por los Knicks en la lucha por el rebote (55 por 36).
El sueño de los Knicks
Con multitud de famosos en primera fila -incluido Bad Bunny sentado al lado de Timothée Chalamet-, los Knicks tenían como primera tarea un arranque incendiario y lo lograron en defensa dejando a Boston sin anotar durante los dos primeros minutos y medio.
En ataque les costó más. Brunson solo sumó 2 puntos pero un Towns con muchas ganas (11 puntos) y Bridges (10) impulsaron a unos Knicks que cerraron el primer cuarto por delante (26-20).
Brown tuvo que lidiar con un Anunoby por momentos infranqueable pero se echó a Boston a la espalda con 13 puntos. Pero ni White (0), ni Porzingis (2) ni Pritchard (0) echaron una mano en unos Celtics ya con un 3 de 10 en triples.
El segundo cuarto fue un vendaval de los locales.
Un escandaloso 38-17 dejó el duelo totalmente encarrilado para los Knicks, que ofrecieron en ese periodo una de sus actuaciones más completas y convincentes de lo que va de ‘playoff’.
Todo le salió de maravilla a los de Tom Thibodeau: Brunson despertó con 9 puntos, Miles McBride entró como un tornado desde el banquillo con 10, Hart puso todo su corazón en cada jugada, Anunoby seguía marcando diferencias en las dos canastas, Mitchell Robinson era otro puntal en defensa…
… y la diferencia no dejó de crecer a favor de unos Knicks que en ese cuarto volaron con un 58,3 % en tiros de campo (44,4 % en triples con 4 de 9) y que controlaron el rebote (16 por 7).
El naufragio en los Celtics fue completo con un tétrico 1 de 9 en triples y con 6 pérdidas de balón.
El impactante 64-37 al descanso dejó a cuatro jugadores de los Knicks en dobles dígitos de anotación: Towns (16 puntos), Bridges (12), Brunson (11) y McBride (10).
En cambio, Brown (18 puntos con 6 pérdidas) fue el único de Boston con más de 5 puntos. Quitando a Jaylen el resto de los Celtics se estrellaron con un 7 de 29 en tiros a canasta.
Además, los 37 puntos de Boston marcaron su anotación más baja de toda la temporada en la primera mitad mientras que el +27 igualó el mayor margen de los Knicks al descanso en un encuentro de ‘playoff’.
No hubo partido en la segunda mitad. Los locales lograron nada más volver del vestuario el primer +30 (la máxima diferencia fue de +41), los Celtics no tenían nada para un milagro y los Knicks se ganaron el derecho a soñar con todo en esta temporada de la NBA.
David Villafranca
