100-121: Doncic y Hardaway Jr. despiertan a tiempo guían el triunfo de los Mavericks sobre los Knicks

Fotografía de archivo en la que se registró al esloveno Luka Doncic, base estrella de los Mavericks de Dallas, quien aportó 30 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias en el triunfo a domicilio de su equipo100-121 sobre los Knicks de Nueva York. EFE/Marcelo Benito

Nueva York (EE.UU.), 3 dic (EFE).- Con un aplastante 15-41 en el tercer cuarto, los Dallas Mavericks remontaron este sábado en su visita a los New York Knicks gracias al dúo letal formado por Luka Doncic y Tim Hardaway Jr. (100-121).

Los Mavericks llegaron a perder de 15 puntos en el segundo cuarto con sensaciones muy preocupantes, pero tras el descanso sacudieron una y otra vez a unos Knicks aturdidos y sin respuesta.

Decir que los Knicks fueron de más a menos sería una forma tibia de describir el hundimiento de los neoyorquinos en la segunda parte.

Con una actuación propia de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, los de Tom Thibodeau anotaron en la segunda mitad 41 puntos (los mismos que los Mavericks solo en el tercer cuarto), perdieron 11 balones y se estrellaron con un 5 de 17 en triples (15 de 31 para los Mavs en esos dos periodos) y Julius Randle fue su máximo anotador (24 puntos) pero solo metió 3 puntos en la reanudación.

La humillación en la segunda mitad fue tal que se escucharon abucheos en el Madison Square Garden para unos Knicks (10-13) que solo han ganado dos de sus últimos ocho partidos.

Por su parte, los Mavericks (11-11) salieron reforzados de Nueva York después de haber acumulado cinco derrotas en sus últimos seis encuentros.

Con 36 puntos entre ambos en ese excepcional tercer cuarto, Doncic (30 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias) y Hardaway Jr. (28 puntos, con 8 de 13 en triples) reventaron el encuentro y no tuvieron que saltar a la cancha en el último periodo con el duelo ya sentenciado.

También resultó fundamental un Spencer Dinwiddie que rozó el triple-doble (17 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias).

Los Mavericks, que hasta hoy tenían un triste 1-8 a domicilio, se midieron por primera vez a su excompañero Jalen Brunson, clave en la pasada temporada de los Mavericks y que hoy sumó 13 puntos en los Knicks.

EL DÍA Y LA NOCHE

Dallas empezó como si todavía arrastra la apatía de su derrota del jueves ante los Detroit Pistons en la prórroga (131-125).

Frente a un Randle incisivo en los Knicks (14 puntos en el primer cuarto), los Mavericks salieron dormidos especialmente en ataque, con un triste 27,3 % en tiros de campo en ese periodo inicial.

Doncic, con un flojo 2 de 8 en tiros, dejó sin embargo la imagen del primer cuarto con un fantástico triple sobre la bocina y desde su propio campo, pero la repetición confirmó que el lanzamiento del esloveno fue fuera de tiempo.

Los Knicks estiraron la ventaja hasta un prometedor +15 en el segundo cuarto.

Pero Dinwiddie, al frente de la segunda unidad texana y con Doncic descansando, se sacó de la manga un parcial de 5-20 que empató el encuentro.
Con un arreón final antes del descanso, coronado por un triple en los últimos segundos de Randle, los Knicks cerraron el segundo cuarto por delante sin haber rematado a unos Mavericks vulnerables (59-52).

Lo acabarían pagando muy caro ya que la dinámica del duelo cambió radicalmente tras el paso por vestuarios como si fuera el día y la noche.
Con energías renovadas, los Mavericks se agarraron al enorme acierto de Hardaway Jr., tremendo en el tercer periodo con 5 de 7 en triples para 17 puntos solo en ese cuarto.

Doncic no se quiso perder la fiesta y, arrollador con 19 puntos en ese parcial, capitaneó a unos Mavericks incendiarios que pasaron en un visto y no visto del -7 del descanso al +19 antes del último periodo (74-93).

La defensa de Dallas se reforzó de forma contundente, pero los Knicks también pusieron de su parte en su propia debacle con un alucinante colapso en ataque.

Mucho más intensos y enchufados que sus rivales, los Mavericks no perdieron el tiempo, metieron la directa y con un +30 a falta de 7 minutos sellaron la victoria con el lujo además de poder reservar a Doncic en el último cuarto.

 

 

 

 

 

 

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